Oasis en el desierto del Océano interior

30/09/2009

Oasis en el desierto del Océano interior

Varios científicos de la ULPGC han analizado la sucesión de varios remolinos oceánicos utilizando una serie de 14 años de imágenes de satélite y han hecho un gran descubrimiento: Existen auténticas autopistas de remolinos que circulan desde Canarias, y que pueden llegar incluso hasta la costa americana. Es una buena noticia para los ‘habitantes’ del Océano Atlántico.

 

sucesion_remo.pngLos remolinos oceánicos son fenómenos naturales que se dan con gran frecuencia en medio de los océanos. En su mayoría, nacen y se crean por la dinámica de las propias corrientes oceánicas y por la interacción de éstas con islas oceánicas o zonas costeras continentales, pudiendo llegar a medir más de 100 kilómetros de diámetro, y contando con una profundidad de más de 400 metros. Una de sus virtudes radica en que, debido a su dinámica, en su seno tienen lugar corrientes verticales de agua, por lo que permiten que las aguas más profundas suban hacia la superficie, y con ellas, arrastren muchos nutrientes de capas inferiores, que terminan siendo el alimento para el desarrollo de la vida marina de la franja superior. “Son como un oasis en medio del desierto”, explica de forma muy ilustrativa el profesor del Departamento de Física de la ULPGC, Ángel Rodríguez Santana.

 

Él, junto al profesor Pablo Sangrá (coordinador del trabajo) y otros profesores del Departamento de Física y Biología de la ULPGC, han trabajado conjuntamente con científicos del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (Baleares), del Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, del Instituto de Geofísica y Física Planetaria de California y del Laboratorio de Física de los Océanos de la Universidad de Bretaña Occidental (Francia). Todos ellos han descubierto, gracias a la teledetección por satélite y a las campañas oceanográficas de los investigadores de la ULPGC, un fenómeno oceánico muy curioso que antes no se había detectado: los remolinos oceánicos que se crean por interacción de la Corriente de Canarias con las Islas Canarias “se mueven de manera organizada, a través de corredores o autopistas en el océano, y ‘pueden llegar a vivir’ cerca de un año moviéndose a lo largo de más de 2.000 kilómetros”, destaca el investigador de la ULPGC, que señala que en algunos casos se ha detectado que alguno de los remolinos que surgen cerca del Archipiélago llegan a las costas americanas.

 

corredor_remo_copia.jpgEl descubrimiento de esta organización de remolinos, a los que se les presuponía que se movían sin control y de forma aleatoria, es de gran importancia para el mundo animal que vive en las capas superficiales del océano, ya que los remolinos son esos “oasis en el desierto”. A ello se une que los remolinos que surgen en las costas canarias, al estar muy cercanos a la costa africana, son especialmente ricos en nutrientes y materia orgánica debido a la zona de afloramiento (que da lugar al banco Canarias-Sahariano), y que es consecuencia del transporte de agua que inducen los vientos alisios en las costas africanas. “Esto ha permitido que los remolinos capturen muchos de estos nutrientes y los trasladen a las capas superficiales del océano, y las transporten finalmente al interior del Océano Atlántico durante algo más de un año, favoreciendo la cadena alimenticia”.

 

remo.jpgUno de los principales éxitos de la investigación radica en que se han utilizado dos métodos para verificar la existencia de estos corredores de remolinos oceánicos utilizando datos de satélite y verificándose con datos in situ. Uno de ellos se llevó a cabo por los profesores de la ULPGC, y el otro, por una investigadora francesa. Ambos coincidieron en el resultado y se contrastaron con los datos de salinidad, temperatura y control de corrientes oceánicas con boyas e instrumentos acústicos que se realizaron durante varias de las campañas oceánicas que ha realizado la ULPGC en estos últimos 14 años. “En la actualidad seguimos realizando esta observación y comprobando in situ con nuestras campañas las imágenes que nos arrojan los satélites, porque este doble estudio es el que ha dotado de gran validez a este trabajo de investigación”, comenta Ángel Rodríguez.

 

Un gran hallazgo que permite pensar en las nuevas posibilidades de sustento de vida oceánica que ofrecen estas estructuras oceánicas en zonas marinas que tradicionalmente han sido consideradas como ‘desérticas’.